Acuario de la ciudad de México a 20 metros bajo tierra
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Además de su buen humor, estos animales se caracterizan por vestir un traje de gala, medir poco menos de un metro y tener un pico anaranjado.
"Estos pingüinos son originarios de la Antártida pero vienen de Japón. Son cuarta generación de pingüinos criados en cautiverio. Tenemos seis ejemplares, son tres parejas y estamos esperando pues que se reproduzcan. Eso sería increíble para nosotros", dijo Carmen Mary Lebrija, directora de mercadotecnia del Acuario Inbursa.
Se trata de los pingüinos gentoo, la principal atracción del Acuario Inbursa, el más grande de América Latina, donde es posible vivir una aventura marina en medio de la gran urbe, que es la Ciudad de México.
"Hemos aprendido muchísimo de todos los animales marinos y hay de todas las especies y la ambientación está increíble", reveló la visitante Minerva Castillejos.
A 20 metros de profundidad, la experiencia se divide en etapas: La primera es el "oceanario" y barco hundido, donde hay tiburones, rayas y peces mariposa. Después, entre oscuridad y colores vibrantes, se descubre el laberinto de las medusas, unos pequeños animales transparentes que hipnotizan con su movimiento ondulante.
"Está padrísimo, me encantan todas las especies, cómo nos explican y todo", dijo uno de los visitantes.
Enseguida se da paso a los corales naturales y a las estrellas de mar, esta última, una especie capaz de vomitar su estómago.
"Es la estrella de mar corona. Se le llama así porque en la parte de arriba tiene unas espinas negras y abajo todas las estrellas de mar tienen ventosas son estos pequeños círculos como 'chuponcitos' que le permite adherirse a cualquier superficie", comentó el guía turístico Ricardo Hernández.
El viaje continúa en un paseo por la playa hasta llegar a la zona de especies de agua dulce y reptiles.
"Este reptil se llama Varano de la Sabana, es originario de África y es un animalito que tiene cinco añitos de edad aproximadamente", afirmó la guía turística Rubí
Para cerrar con broche de oro se visita a los pingüinos, todo en un horario de 10 de la mañana a siete de la noche con un costo de 135 pesos por persona.
"Los esperamos con las aletas abiertas", alentó la visitante Castillejos.
Con Uno Ana Cecilia Méndez